A través de dinámicas los alumnos adquieren conocimiento de sí mismos, aprenden a entender los sentimientos y a gestionar sus emociones. Desarrollan su capacidad para solucionar conflictos a través de la empatía y mejoran sus relaciones interpersonales, potenciando así su bienestar, esencial para sentirse válidos y capaces para cualquier otro tipo de aprendizaje académico